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La POP celebra el anteproyecto de ley antitabaco pero reclama medidas más ambiciosas para proteger a los pacientes crónicos

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Desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) valoramos positivamente que el Consejo de Ministros haya aprobado esta semana el anteproyecto de ley del tabaco, enmarcado en el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027. Consideramos que se trata de un paso importante hacia una sociedad más saludable, pero advertimos que aún son necesarias medidas más ambiciosas para proteger a las personas con enfermedades crónicas y a los colectivos más vulnerables.

Entre los avances que recoge el texto destacan la prohibición de fumar y vapear en terrazas, centros sanitarios, educativos y deportivos; la extensión de estas restricciones a vehículos de uso laboral; la prohibición del consumo por parte de menores, además de la venta; y la equiparación legal de los cigarrillos electrónicos y dispositivos relacionados con el tabaco convencional, incluyendo la prohibición de los vapeadores desechables. Asimismo, el proyecto recupera el Observatorio para la Prevención del Tabaquismo, lo que permitirá reforzar el seguimiento y la evaluación de futuras medidas.

Nuestra presidenta Carina Escobar ha subrayado que “el tabaquismo sigue siendo uno de los principales problemas de salud pública y un riesgo especialmente grave para quienes conviven con una enfermedad crónica. Es fundamental que el nuevo marco legal se traduzca en acciones decididas de prevención, educación y apoyo para dejar de fumar, situando siempre a los pacientes en el centro de las políticas sanitarias”.

Recordamos que, según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco causa más de 8 millones de muertes al año en el mundo, de las cuales 1,3 millones se deben al humo ambiental que afecta a personas no fumadoras. Además de constituir un grave problema de salud, desde la POP recordamos que el tabaquismo incrementa los síntomas y deteriora la calidad de vida de las personas con enfermedades crónicas, a la vez que tensiona la sostenibilidad del sistema sanitario público.

Por ello, insistimos en que es urgente desalentar el inicio del consumo entre los jóvenes, prestando especial atención a las nuevas formas de consumo de nicotina —cigarrillos electrónicos, tabaco calentado, vapeadores o pipas de agua—, y garantizar que el Sistema Nacional de Salud incorpore de manera integral en su cartera pública de servicios programas de deshabituación tabáquica, incluyendo asesoramiento y acceso a medicación.

Asimismo, desde la POP consideramos indispensable mejorar la investigación sobre el impacto del tabaquismo en las personas con necesidades crónicas de salud, con datos actualizados que permitan diseñar intervenciones más específicas y eficaces. También reclamamos campañas de sensibilización basadas en la evidencia científica y en la recomendación inequívoca de consumo cero de tabaco en todas sus formas.

 Finalmente, recordamos que abordar el tabaquismo no solo protege la salud de la población, sino que también contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario y del planeta“El tabaco tiene un alto coste en vidas, en gasto sanitario y en impacto medioambiental. La prevención y el control del tabaquismo deben ser una prioridad compartida por todas las administraciones públicas”, concluye Escobar.

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